Semana 3


Otra lección

“Es importante contrastar las versiones que se tienen sobre un mismo hecho”, afirmó nuestro profesor. Nuevamente comienzo mi bitácora recordando aquellas palabras que me afectaron profundamente durante la clase y me enseñaron algo para no olvidar.

La mañana parecía salida de un cuadro pintado por Van Gogh, las nubes blancas habían desaparecido para regalarnos un cielo completamente azul y el sol resplandecía dejando libremente a  sus rayos tocar nuestra piel. Debo confesar que llegué muy feliz a mi tercera clase de Investigación Social  porque acababa de salir de grabar un programa de radio con mis amigos y me había reído mucho con ellos.   

Al terminar el programa salí corriendo del edificio K hacia Ad Portas. Todo el que me conoce sabe que odio llegar tarde así sean solo 5 minutos o menos. Cuando entré al salón, una compañera estaba leyendo una de las bitácoras referentes a lo hecho en la clase anterior. Abrí mi computador rápidamente y busqué el escrito para leerlo a la par de todos. De la bitácora de Natalia me gustó mucho su naturalidad y la información que nos regaló sobre Twitter y Netiqueta. Mientras leíamos a Natalia no pude evitar recordarme a mí viendo el mismo video, pues me asombró mucho que en realidad desconocemos casi que el 90% del funcionamiento de las redes sociales que frecuentemente usamos (parece una contradicción) y también me acordé de Twissues, una aplicación mencionada por el conferencista. Esta aplicación permite, vinculándola con Twitter, rescatar los trinos que hemos hecho desde que creamos la cuenta…en ese momento pensé lo útil que podría ser. 

Después de reflexionar un poco con la bitácora de Natalia, el profesor preguntó quién quería que leyéramos la suya. Debo confesar, si otra más, que yo quería que leyeran la mía por lo que levanté la mano casi que de inmediato, pero no lo suficientemente alto para que el profesor pudiera verla. Y si, quería que me leyeran pero no levanté muy bien la mano, la coherencia. Continuamos con la bitácora  de Laura Saldaña, su escrito fue muy detallado sobre cada uno de los momentos de la clase. A lo que terminamos de leerla, el profesor nos recordó la importancia de evitar el uso del autocorrector  para no caer en errores de ortografía y nos explicó la manera en la que nos complementamos leyéndonos los unos a los otros.

— ¿Ya han avanzado en las lecturas? —nos interpeló el profesor. Un largo silencio invadió la clase. Sebastián se paró de su puesto y en el tablero hizo un paralelo escribiendo en un lado del tablero cualitativo y en el otro, cuantitativo. Se dirigió a nosotros y  preguntó: ¿Cuál es la diferencia entre lo cualitativo y lo cuantitativo?

Otra vez el silencio invadió el salón, pero no duró mucho. Uno de nuestros compañeros levantó la mano y sugirió que lo cualitativo es subjetivo mientras que lo cuantitativo es objetivo. El profesor asintió mientras esperaba que otra persona levantara la mano, y así fue. Otro compañero sugirió que lo cualitativo hacía referencia a experiencias y que por el contrario, lo cuantitativo tenía muy presente los datos. Nadie más levantó la mano por lo que el profesor nos sugirió hacer la misma actividad pero de otra manera.

En parejas, hicimos una presentación en Google  Drive muy parecida a lo que el profesor había escrito en el tablero: con dibujos ilustramos ocho diferencias entre cada uno de los métodos. Con mi compañero no nos demoramos mucho buscando las diferencias puesto que ambos habíamos hecho la lectura. Eso sí, nos demoramos un montón  eligiendo cuáles dibujos pondríamos, todos nos gustaban. Al finalizar, nos pidió que una persona por pareja pasara a dar una diferencia entre ambos métodos.

La primera persona en pasar fue nuestra compañera Ángela Pinzón, ella sugirió que lo cualitativo es más sobre palabras, objetos e imágenes mientras que lo cuantitativo se refiere a los números. El profesor le pidió que pasara el marcador a un hombre, nuestro compañero (el escogido)  se levantó de su puesto y sugirió que lo cualitativo se refiere a la experiencia mientras que lo cuantitativo es más experimental. El profesor preguntó quién quería pasar y mi compañero de trabajo, Mateo, comenzó a empujarme la mano para que pasara y explicara. Yo estaba terminando de ajustar las diapositivas por lo que le pregunté que por qué no pasaba él.

—Me da pena—respondió. No pude evitar reírme en ese momento. ¿Cómo iba a darle pena a él si hace una hora había estado en un programa hablando frente a varias personas?…nuevamente, la coherencia. Mientras más de nuestros compañeros continuaban pasando, nosotros seguíamos debatiendo sobre cuál de los dos debía ir al tablero. Después de debatirlo, unos cuantos empujoncitos y unas cosquillas decidí pasar yo. Expliqué que lo cualitativo requería inmersión y participación mientras que lo cuantitativo estaba más ligado al registro. En ese momento, el profesor nos explicó que como en el cualitativo había más inmersión resultaba emocional, al contrario del cuantitativo que es racional. 

Continuaron pasando más grupos, en total reunimos once diferencias entre todos. Entendimos que lo cualitativo es contextual y lo cuantitativo generalizable, que lo cuantitativo responde al por qué y al cómo mientras que lo cuantitativo responde al cuánto y al qué. De igual forma, concluimos que lo cualitativo es más profundo y lo cuantitativo más extenso y que lo cualitativo se basa más en la comprensión mientras que lo cuantitativo en la medición.  El último grupo que pasó, nos explicó que en lo cualitativo se generan hipótesis mientras que en lo cuantitativo se prueban. Con ellos, cerramos el paralelo y el profesor pasó nuevamente a su puesto.

Ya cerrando la clase, el profesor nos recordó la importancia de ir adelantando las lecturas y nos sugirió hacer mapas conceptuales para resumirlas y tomar apuntes. También nos formó en grupos para comenzar exposiciones la otra semana, nos recordó subir las diapositivas a Virtual Sabana y escribir la bitácora de la clase.

(Fuente: Akifrases.com)

Debo decir que hasta ahora las tres clases que he tenido de investigación me han enseñado y nos han enseñado cosas importantes para la vida además del contenido académico.En la primera clase, aprendí que debemos ser muy buenos observadores, pues las personas a nuestro alrededor y nosotros mismos, nos dejamos leer por pequeños detalles. En la segunda clase, aprendí que al escribir mis bitácoras no debo pensar solamente en que van a leerla mis compañeros sino también otras personas que no son necesariamente de la clase o de la universidad, pues como dijo el profesor “no escribimos para él sino para el mundo” y en esta última clase, aprendí la importancia de observar la realidad teniendo en cuenta distintos puntos de vista, no quedándome solo con una versión y lo esencial  que resulta que los demás nos lean a nosotros, que nos aporten, para ir mejorando cada día en nuestros escritos y en cada cosa que hacemos. Para cerrar mi bitácora y reforzar lo que he aprendido en estas tres clases me gustaría finalizar con una frase de André Gide, escritor francés: “ante ciertos libros, uno se pregunta: ¿quién los leerá? Y ante ciertas personas uno se pregunta: ¿qué leerán? Y al fin, libros y personas se encuentran".


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